La ecuación es sencilla: buena experiencia del empleado igual a buen desempeño y productividad. Por ello es tan importante que toda empresa reconozca el bienestar de los empleados como una prioridad, revisando con atención cómo contrata, incorpora, gestiona la productividad y, en general, la valoración del capital humano como el activo más importante de la organización.
Construir la mejor experiencia del empleado siempre ha sido un gran reto, pero se hizo aún mayor a causa de la disrupción pandémica. Esto ha llevado a que los líderes con enfoque ágil pidan la revisión de los procesos con miras a construir relaciones internas más humanistas, prósperas, que energicen a las personas, con el consecuente impacto benéfico en su desempeño.
Con este objetivo en mente, son cinco las áreas que deben analizarse con lupa:
1. CONTRATACIÓN
La pandemia cambió drásticamente las estrategias de reclutamiento y contratación, debido sobre todo a la virtualización de muchos de sus pasos. Los líderes con perspectiva ágil vieron en ello la oportunidad de ampliar las alternativas de atraer talento más allá de las fronteras convencionales.
Esto exige que la estrategia de adquisición de talento saque el mayor provecho posible de las herramientas de reclutamiento y contratación a distancia, empezando por documentar las habilidades, conocimientos y experiencias de la fuerza laboral que ya es parte de la empresa. También deben evaluarse las tácticas para reclutar una base de talento más diversa, así como comunicar con gran claridad la propuesta de valor al empleado.
2. INCORPORACIÓN
Con las organizaciones aún en modalidad remota, el regreso plantea el reto de cómo presentar a los recién llegados la cultura laboral y sentar las bases para afianzar el compromiso. Las sesiones de capacitación digital han mejorado sustancialmente, pero siempre hay espacio para garantizar que se formen vínculos significativos con el recién llegado.
Esto implica crear una red de la que los nuevos empleados aprendan a corto y mediano plazo. La incorporación ágil incluye una retroalimentación frecuente y específica con gerentes y colegas, asegurándose de recopilar y atender los comentarios.
3. DESEMPEÑO
Aunque muchas organizaciones ya han afinado los problemas más graves derivados del trabajo en modo remoto, en algunos lugares persisten problemas como la poca claridad sobre las expectativas de cada puesto.
Una respuesta ágil consiste en ajustar las metas en función de los cambios experimentados por la empresa o en las responsabilidades de cada puesto, así como orientarlas hacia la mejora continua. Esto implica adaptar las expectativas y las métricas de desempeño, privilegiando los objetivos a corto plazo hasta que la empresa se haya estabilizado.
4. DESARROLLO
Éste es uno de los aspectos que se han descuidado especialmente a causa de la pandemia, debido a la falta de oportunidades para que la gente que lo requiere reciba apoyo de sus colegas o aproveche instancias de actualización y capacitación.
Un enfoque ágil en este punto implica hablar con los colaboradores sobre su trayectoria profesional y su plan de desarrollo individual, en alineación con las nuevas necesidades de la empresa. Otra táctica consiste en crear redes de apoyo y tutoría para los empleados remotos.
5. BIENESTAR DE LOS EMPLEADOS
El estrés y la ansiedad han dado lugar a un severo agotamiento, circunstancia que pone de manifiesto la importancia de buscar el bienestar laboral integral. Un abordaje ágil plantea enfocarse en la persona en su totalidad, en buscar estrategias para combatir la fatiga y propiciar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Crear experiencias atractivas en cada etapa del ciclo de vida del empleado es un gran camino para construir un lugar de trabajo productivo, orientado al crecimiento y preparado para el futuro: una experiencia ganadora para todos.
*El autor es Director General de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos@Amedirh